produce: El Loco.
con Daniel Pérez Prada y Verónica Echegui.
29 de septiembre de 2017. El Pavón Teatro Kamikaze, Madrid. 105’ aprox.
Hace diez años que se casaron. Nosotros somos los amigos de esta pareja a la que hemos preparado una fiesta sorpresa en el vestíbulo superior del Teatro Pavón. Después de charlar y sonreír mucho mientras nos tomamos una cerveza tostada, un aperitivo exquisito y un cóctel de ron, bajamos con ellos al teatro. Primero los veremos en un breve video acaramelado. Luego en su intimidad pinteriana. La que ella comparte con él. Y la que reserva para ese amante que él parece tolerar.
Una experiencia teatral única en dos tiempos y dos tonos. En la primera no cuesta sentirse viviendo ese tipo de fiestas tópicas y algo horteras con que celebramos en España las bodas y aniversarios. El ambiente me recuerda al de aquella estupenda noche en el off del Lara en que también compartíamos con tres hermanos una fiesta de despedida en Que vaya bonito de Jorge-Yamam Serrano. Tras la fiesta y el pequeño ágape (delicioso ese aperitivo acompañado por una buena cerveza y un cóctel muy elaborado) bajamos al patio de butacas para encontrarnos con una segunda parte que es otro teatro. El de la cotidianidad aburrida y educada de este matrimonio burgués. Una vida en pareja que también es tensa y apasionada. El amante está en elipsis, aunque a veces no. Parece ser otro, aunque quizá tampoco. Daniel Pérez Prada y Verónica Echegui están muy bien como pareja convencional. Y mucho mejor en las escenas más apasionadas, casi oníricas, en las que aparece esa brecha que une a esta pareja. Ese dolor adúltero con el que tanto parecen disfrutar. Así que Harold Pinter no nos defrauda. Y esta doble experiencia teatral tampoco.