de Florian Zeller. Versión: David Serrano. Dirección: Claudio Tolcachir.
producción: Carlos Larrañaga-Nicolas Belmonte-Olvido Orovio
con Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río y Mapi Sagaseta.
19 de mayo de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 85’ aprox.
producción: Carlos Larrañaga-Nicolas Belmonte-Olvido Orovio
con Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río y Mapi Sagaseta.
19 de mayo de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 85’ aprox.
Un matrimonio espera a otro para cenar. Ella no quiere que vengan porque acaba de ver al marido de su amiga besando a otra mujer en la calle y prefiere no tener que mentir. Luego veremos que las dos parejas tienen bastante que ocultar.
Florian Zeller había compuesto un texto conmovedor y lleno de matices en El padre. Nada que ver con La mentira. Aquí todo es lineal y previsible. Los diálogos son tan convencionales que parece que estamos viendo a unos actores solventes haciendo como que hacen una obra convencional (y un puntito divertida) sobre parejas convencionales. Ese tipo de obras que, ya desde los carteles, se dirigen a esas parejas que buscan en el teatro una excusa para quedar a cenar. Lo peor es que quien dirige La mentira es nada menos que Claudio Tolcachir, ese genio que creó en Buenos Aires un lugar tan extraordinario como Timbre 4 y al que debemos obras memorables. Así que el título de esta no solo sirve para estos personajes. También describe lo que nos han ofrecido esta noche teatreros tan buenos como Carlos Hipólito, Claudio Tolcachir y Florian Zeller. Es mentira que debamos esperar esto de ellos.