Producción: Feelgood Teatro.
con Javier Márquez, Fran Perea, Toni Acosta, Javi Coll y Ainhoa Santamaría.
11 de junio de 2016. Centro Niemeyer (Auditorio), Avilés. 195’ aprox. (con descanso)
Historias cruzadas en un motel de Las Vegas. La de unos policias de carretera, la de unos estafadores de obras de arte, la de un científico histérico, la de dos parejas horteras, la de unos italianos que bailan... Todas bastante estúpidas. Y con el interés común por el dinero.
Tres horas y cinco actores para venticuatro personajes en un motel de carretera. El ritmo es trepidante. La puesta en escena endiablada. Y el texto tan inmenso que llevaría muchas más horas leerlo. Asistimos a una serie de variaciones sobre la estupidez. Travestida de arte, de ciencia, de música, de relaciones cutres entre gentes corrientes. El entorno parece setentero y rabiosamente americano. Pero los personajes tienen esa radical locuacidad argentina que tanto me gusta en el teatro. Las historias que vemos no son importantes. Ni edificantes. Son solo hilos que se van trenzando en tres horas de teatro exigente y muy arriesgado. Pero también muy divertido y no menos lúcido que banal. La estupidez es una apuesta teatral compleja de la que salen muy bien parados el autor de este texto excesivo y sorprendente, el director de esta comedia exigente y estimulante y, especialmente, esos cinco actores camaleónicos que mutan entre sus personajes a velocidades imposibles.