sábado, 21 de diciembre de 2013

Solicitud de amistad pendiente

escrito por Álex Mendíbil. Dirigido por José Luis Sixto y Álex Mendíbil.
Méndez & Ricondo Producciones
con Patricia G. Méndez y Jaime Adalid.
 
21 de diciembre de 2013. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 75’ aprox. Ciclo "Off-Niemeyer".


A Jaime le da un soponcio cuando Magda va a verlo a la grabación de una serie de zombis. Ella está casada con un notario y él es un actor fracasado. Las siguientes escenas muestran su relación sentimental durante los últimos meses.

Una comedieta boba. Nada que ver con las magníficas obras con que el Club del Centro Niemeyer se ha estrenado este otoño como estupenda sala para montajes de pequeño formato. Solo la cercanía de los intérpretes salva esta historia de treintañeros que se pretende moderna porque intercala mensajes del iPhone (aunque con el IOS sin actualizar) y reproches facebookianos. No solo es que no tengan gracia las cuitas de esta pareja en la que la pija gana al ingenuo, es la propia estructura de la obra la que no se sostiene. Pretende ser un enorme flash-back, pero de las evocaciones paralelas sobre el comienzo de la relación se pasa a un recorrido tópico por los momentos posteriores en el que se nos olvida que estábamos rememorando. Así que la escena final resulta tan prescindible como la primera. Y como toda la obra. Esperemos que volvamos a tener Off-Niemeyer. Pero verdaderamente off, no como lo de esta tarde que parecía apto para el público de Arturo Fernández.

viernes, 20 de diciembre de 2013

El arte de la entrevista

de Juan Mayorga. Dirección: Juan José Afonso. 
Iraya producciones.
con Alicia Hermida, Luisa Martín, Elena Rivera y Ramón Esquinas.

20 de diciembre de 2013. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 90’ aprox. Estreno absoluto

Esta tarde Cecilia tiene que hacer una entrevista para la clase de filosofía. Su abuela Rosa es la entrevistada. Con su memoria dañada evoca ante la cámara momentos de su vida que permanecían silenciados. Los de una historia de amor adúltero de la que Paula, la hija de Rosa y madre de Cecilia, parecía no saber nada. Ninguna saldrá indemne con la recuperación de aquel tiempo omitido.

La entrevista es un arte. Con su estética y con su ética. Eso es lo que iba a aprender Cecilia esta tarde. Pero cuando a los dos lados de la cámara hay seres próximos ese artefacto puede resultar peligroso y desvelar lo oculto. La semana pasada en El diccionario otra anciana recuperaba instantes de su vida al perder la memoria. La de Rosa se está haciendo líquida y por eso supura ante la cámara verdades familiares que parecían solidamente encerradas. De esto va El arte de la entrevista. De los demonios del pasado y de su recuperación catártica cuando una generación que no tiene nada que ver con ellos quiere saber la verdad. Habla de una familia, pero podría ser metáfora de las sociedades en las que la memoria histórica consiste en la lucha contra la amnesia que libran las terceras generaciones. Pero la metáfora es quizá demasiado elusiva para lo que se nos muestra en el escenario. Las actrices están perfectas (el personaje masculino parece menos necesario), la historia está bien trabada, la escenografía es sencilla pero atractiva y evocadora (un cielo que se va oscureciendo, un patio delante de un muro), pero al conjunto le falta esa intensidad que suelen tener las historias de Juan Mayorga. Quizá el recuerdo de la profundidad de los diálogos de Si supiera cantar, me salvaría. El crítico (que también estrenó aquí hace un año) me haya hecho esperar otra vuelta de tuerca a los temas metadiscursivos que Juan Mayorga sabe llevar como nadie a los escenarios. Por eso siento que a El arte de la entrevista le está faltando algo para cautivarme por completo. Va a ser eso. Que Juan Mayorga nos tiene muy mal acostumbrados.


viernes, 13 de diciembre de 2013

El diccionario

de Manuel Calzada Pérez. Dirección: José Carlos Plaza. 
Una producción de Anadramapete y Teatro de la Abadía.
con Vicky Peña, Helio Pedregal, Lander Iglesias y la voz de José Pedro Carrión.
 

13 de diciembre de 2013. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 100’ aprox.

María Moliner y su diccionario. El lenguaje y el tiempo. La memoria y el olvido. Una historia fragmentaria sobre una mujer que concilió sus labores y sus afanes en un tiempo en el que la libertad solo podía ser interior. Sus noches en casa con fichas que conectaban palabras. Sus pérdidas de palabras ante un médico que no podía salvarla. Sus encuentros y desencuentros con un marido de ciencias con el que compartió el sufrimiento de aquella infame represión hacia las dos culturas. Escenas evocadas y relacionadas. Como fragmentos de una memoria que se recupera mientras se pierde. Como meandros semánticos de un diccionario que nunca se acaba.

El blanco y negro del María Moliner siempre estuvo en casa. Al lado del rojo y dorado del de la Real. Ese nombre era más el de un diccionario que el de una mujer. Hasta que hace unos años escuché el programa que le dedicó Fin de siglo de Radio Nacional de España y descubrí a esta heroína anónima de las letras revivida esta noche por Vicky Peña en este magnífico montaje de José Carlos Plaza. Ella ha estado soberbia. A porta gayola ha salido al escenario poniendo cuerpo, gesto y voz (y qué voz) desde el impresionante arranque en que María Moliner nos hablaba firme y trémula a la vez. Las escenas son evocaciones borrosas de tiempos y espacios que la memoria y el olvido unen y confunden: el espacio doméstico de sus fichas, el de la consulta del doctor, el de un estrado imposible de dignidad y reconocimiento. Porque reconocimiento es lo que mereció aquella mujer que supo definir como nadie el significado de las palabras dictadura y libertad, que no llegó a estar en la Academia (en su lugar entró Emilio Alarcos), que vivió la ilusión republicana del primer plan nacional de bibliotecas y que sufrió el estruendo sordo del fin de aquella España y el silencio atronador de la que vino después. Y a la altura del personaje ha estado la actriz, a la altura de su historia el autor, y a la altura del reconocimiento que merece el director de un montaje escénico tan perfecto como necesario. Los tres han hecho que esta noche la lengua madre haya vuelto al Palacio Valdés. El diccionario son palabras mayores en la historia de nuestro teatro. Y palabras mayores sobre la historia de nuestro país.

 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El banquero anarquista

de Javier Maqua. Sobre relato original de Fernando Pessoa. Dirección: Marisa Pástor.
Teatro Margen.
con José Antonio Lobato.

4 de diciembre de 2013. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 55’ aprox. Ciclo "Hecho en Asturias". Estreno absoluto


Un banquero nos da una conferencia en el primer congreso de jóvenes emprendedores. En su prédica reivindica la coherencia entre su condición de anarquista y la de especulador.

No he leído el texto de Pessoa que (supuestamente) Javier Maqua adapta. Pero no considero culpable al portugués del desaguisado de esta tarde. Y no me refiero a los flagrantes fallos en la coordinación de las imágenes que acompañaban al monólogo, sino al absoluto desinterés que genera todo lo que dice el personaje. Si Javier Maqua hubiera visto una verdadera conferencia teatralizada (por ejemplo, la magnífica lección de Juan Diego con La lengua madre de Juan José Millás) no se habría atrevido a firmar lo de esta tarde. Lo siento por Pessoa y dejo al margen de todo esto a José Antonio Lobato y a la compañía más veterana del teatro asturiano. Pero me enfada haberme perdido La casa de Emak Bakia en el cine del Niemeyer, por venir esta tarde al teatro.