Dirección: María Pagés y El Arbi El Harti. Coreografia, diseño de vestuario, dirección musical: María Pagés. Dramaturgia, textos y letras: El Arbi El Harti.
Bailaora: María Pagés. Bailaoras: Júlia Gimeno. Marta Gálvez, Almudena Roca, Ariana López,
Meritxell Rodríguez, Nerea Pinilla, Sofía Suárez, Yardén Amir, Marina Madiedo, Raquel Guillén. Cantaoras: Ana Ramón Muñoz, Cristina Pedrosa. Guitarra: Rubén Levaniegos, Isaac Muñoz. Violín: David Moñiz. Cello: Sergio Menem. Percusión: José María Uriarte.
Diez bailaoras y dos cantaoras acompañadas por guitarras, violín, cello y percusión. Y, por supuesto, María Pagés...
Sororidad entre el flamenco y los textos. Entre lo orientalizante y lo contemporáneo... En De Shehrazade todo es complicidad femenina y feminista. Con la belleza, la música y la danza. Hace casi once años María Pagés estrenaba en el Centro Niemeyer Utopía, aquella genialidad inspirada en las curvas blancas que diseñaba el arquitecto brasileño. Dentro de pocos meses volverá a Asturias para recibir el Premio Princesa de las Artes. Y en esta noche de julio hasta la Luna, tímidamente creciente, ha querido acompañarla para que quedara muy claro que esta mujer, de brazos poéticos, merece más que nadie ese premio. En De Sheherezade todo es perfecto y conmovedor. La música, el cante, la iluminación y, por supuesto, esas once magas del movimiento y la emoción que son capaces de fundirse hasta hacerse árbol, de empuñar delicadamente los libros, de mariposear con abanicos, de hacer de un abrazo un círculo o de conseguir que parezca que hasta la diosa Ceres quería levantarse para bailar con ellas esta noche. En Mérida hay obras que parecen asustadas por estas piedras. Otras que quieren competir con ellas y acaban por ofenderlas. Pero hay algunas noches en que hasta las piedras se emocionan y agradecen tanta belleza. Creo que Maria Pagés lo ha podido sentir hoy.