Una obra de Saúl Fernández. Dirección: Sonia Vázquez y Jorge Moreno.
Producción: Factoría Cultural de Avilés.
con Ana Blanco y Jorge Moreno.
8 de septiembre de 2021. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 75’ aprox. Estreno absoluto.
Una pareja confinada en un piso del barrio londinense en que actuaba Jack el Destripador. Fuera la policía está buscando terroristas. Dentro un hombre y una mujer hablan sobre su relación comentando cuentos de terror.
La
vida es un cuento. Se dice más de una vez en esta obra con solo dos
personajes vestidos de gris (un hombre y una mujer) y dos
paralelepípedos pintados de rojo (uno vertical y otro horizontal). Una luz blanca que a veces entra por la izquierda y algunas voces grabadas son las únicas alteraciones en este espacio vacío y oscuro en el que los dos personajes intercambian soliloquios. Solo cuando rememoran sus encuentros iniciales en el pub hay cierta poética retrospectiva que permite pensar que la vida podría llegar a ser un cuento feliz. El resto parece un destilado extremo inspirado en propuestas confinadas como Los cuentos de la peste de Vargas Llosa o En la cama de Matías Bice. Pero no es en Florencia ni en Santiago de Chile donde se desarrolla esta historia sino en un Londres evocado como agujero negro existencial que tiene cierta resonancia con las recientes experiencias pandémicas. La aspereza y contención extrema de la propuesta escénica hacen que la obra parezca más propia para las intimidades de un off más bien serio que para una platea convencional. Hoy buena parte del público estaba formado por los jóvenes que participan esta semana en la III Escuela de verano de la Academia de las Artes Escénicas de España. De hecho, el estreno ha buscado precisamente esta fecha festiva en medio de esta estupensa semana de formación teatral que estamos teniendo en el Palacio Valdés.