jueves, 13 de octubre de 2016

Espectros (Hamlet)

de William Shakespeare. Dirección: Marga Llano.
producción: Fundación Princesa de Asturias.
con Juan Blanco, José Antonio Lobato, Pepe Mieres, Alberto Rodríguez, Lucía Povedano, Ángeles Arenas, Manu Lobo, Javier Arboleya y Jorge Moreno.
 
13 de octubre de 2016. Teatro Arango, Gijón. 105’ aprox.


Tras la muerte del rey y la boda de su madre con su tío, Hamlet parece haberse vuelto loco. Pero no por el amor de Ofelia, sino por lo que el espectro de su padre le ha revelado: que quien lo sustituye en el lecho y en el trono es un traidor fratricida. Así que Hamlet deberá cumplir con su deber filial y vengar a su padre matando a su tío.

La próxima semana Nuria Espert recibirá aquí el Premio Princesa de Asturias de las Artes. Igual que el año pasado con motivo  del premio a Coppola, la Fundación ha tenido la excelente idea de organizar actos (el año pasado proyecciones de películas, ahora montajes teatrales) en lugares que llevaban años cerrados como el Teatro Arango de Gijón. Así que los espectros de algunos papeles emblemáticos de la Espert han servido para que, como recordó Teresa Sanjurjo, la directora de la Fundación, los espectros de teatros como este vuelvan a la vida por unas horas. Así hemos podido comprobar que los daños que le provocó la Corporación Dermoestética (esos restauradores de cuerpos que lo parasitaron hace algunos años) no acabaron del todo con su alma y no sería imposible recuperarlo. El Hamlet reducido (aunque no tanto) que ha montado Marga Llano con un elenco  entregado y muy capaz ha sido un más que digno homenaje asturiano a la veterana actriz catalana y ha hecho que sus palabras de agradecimiento en el video que proyectado tras la obra hayan resultado especialmente oportunas y emotivas. Es verdad que el recuerdo del extraordinario montaje de Miguel del Arco que vimos en mayo en el Niemeyer hace difícil valorar en su justa medida este otro Hamlet más íntimo. Sin embargo, las impecables proyecciones en las telas blancas triangulares, las referencias marinas del trabajado vestuario y, sobre todo, la entrega total de los actores han hecho que este acto haya sido algo más que la reapropiación de un espacio escénico perdido y el merecido homenaje a una actriz única. Ha sido también otra noche grata de buen teatro.